El pie plano es una afección que se caracteriza por una falta de arco longitudinal o de bóveda plantar (justo la alteración contraria que la del cavo). “Se dice del pie que ha perdido arco plantar normal y se ha aplanado”, La huella que deja un pie plano es fácil de reconocer porque carece de la curva característica del pie o ésta es menos pronunciada.
Los pies planos ocurren debido a que los tejidos que sostienen las articulaciones en el pie se debilitan”
A medida que los niños crecen los tejidos se tensan y van conformando el arco plantar, más o menos a los dos o tres años de edad. “El envejecimiento, el sobreuso, las lesiones o una enfermedad pueden causar daño en los tendones y provocar que se desarrolle un pie plano”, aclara el experto en podología. En el caso de que una persona a la que ya se le han formado los arcos presente pie plano esta afección solo puede aparecer en un lado.
La mayoría de los pies planos no causa dolor, Hasta la edad de dos años no se puede determinar la presencia de la alteración porque, hasta entonces, el pie del niño cuenta con un tejido adiposo (grasa) en la planta del pie. Esta almohadilla desaparece con el tiempo y no requiere tratamiento alguno.
Hay ocasiones en las que el dolor de pie plano que sufren los niños es causado por la coalición tarsiana, una afección en la que dos o más huesos del pie crecen unidos o se fusionan.
En el caso de los adultos el dolor aparecerá después de períodos prolongados sobreutilizando el pie o practicando deporte.
Tipos
- Pie plano flexible: Es uno de los tipos más comunes de pie plano y se refiere a un pie que es plano cuando la persona lo apoya en el suelo, pero al levantarlo, el arco vuelve a formarse. Se origina en la niñez en ambos pies y su gravedad va aumentando a lo largo de los años. A medida que se va empeorando la deformidad los tendones y ligamentos del arco pueden estirarse, desgarrarse e inflamarse.
- Pie plano rígido: Este tipo de pie no presenta arco plantar en ninguna circunstancia.
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Tratamientos
“El pie plano no necesita un tratamiento específico si no está causando dolor o problemas al caminar”, apunta el especialista.
Cuando el pie plano es patológico y produce dolor y molestias, el especialista debe valorar qué terapia es la indicada. Según Torralba, en caso de ser necesario se iniciará el tratamiento mediante dispositivos ortopédicos como plantillas, zapatos ortopédicos o cuñas, no tanto para eliminar el pie plano, sino para facilitar la marcha e impedir los dolores.
Otras posibles medidas para reducir el dolor son evitar actividades que provoquen dolor, adelgazar para reducir el sobrepeso, recurrir a medicamentos antiinflamatorios no esteroideos, como el ibuprofeno, para disminuir el dolor y la inflamación o fisioterapia o terapia de ultrasonidos que proporcionan un alivio temporal.
Si el problema es más grave, puede que sea necesario el tratamiento quirúrgico, La cirugía puede contribuir a limpiar o reparar el tendón y a fusionar algunas de las articulaciones del pie en una posición corregida.
El grado II es el cajón de sastre en el que entran casi todos los casos, siendo muy variable la evolución, porque también existen lesiones asociadas que pueden complicarla. Normalmente recomendamos alguna férula bivalva que inmovilice el tobillo en el sentido de evitar el movimiento de la torcedura, pero se permite enseguida el apoyo con bastones.
En el grado III puede hacerse un tratamiento inicial similar al anterior, pero si el tobillo no es estable a la exploración puede ser necesaria la reparación quirúrgica del ligamento. En deportistas de alto nivel en los que el riesgo de torcedura de repetición es alto (baloncesto, balonmano y fútbol especialmente) puede compensar un tratamiento quirúrgico directo sin demora.
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